Teoría del apego
por Albert Giménez (Psicología, intervención psicoeducativa)
La
teoría formulada por J.Bowlby y Ainsworth sobre apego o vínculo afectivo que se
establece entre madre e hijo constituye uno de los planteamientos teóricos más
sólidos en el campo del desarrollo socio-emocional. Dicha teoría se ha visto
afianzada por los numerosos estudios e investigaciones que se han realizado
sobre el tema.
Alejándose
de los planteamientos teóricos psicoanalíticos que había considerado el vínculo
afectivo (madre-hijo), como el de amor interesado, que surgía a partir de las
experiencias de alimentación con la madre, J.Bowlby supo elaborar una teoría
donde partiendo de una base etológica de la conducta instintiva del apego con
un valor adaptativo, fue más allá.
Basada
en la teoría de los sistemas de control, planteó que la conducta instintiva no
es una pauta fija de comportamiento ante una determinada estimulación, sino un
plan con corrección de objetivos, modificándose a las condiciones ambientales.
El
modelo se basa en la existencia de cuatro
Sistemas de conductas relacionados:
·
Sistema de conductas de apego
(conductas que están al servicio de mantener la proximidad y el contacto con
las figuras de apego; activándose por lejanía de la figura de apego o por
señales de “amenaza”)
·
Sistema de exploración
(exploración del entorno, pero cuando se activa el sistema de apego, se
disminuye el de exploración por precaución)
·
Sistema de miedo a los extraños (muestra
relación con los anteriores, ya que cuando aparece, también disminuye la
exploración y se activa el de apego)
·
Sistema afiliativo (el
interés con mantener proximidad e interactuar con sujetos con los que no han
mantenido vínculo afectivo)
El
apego hace referencia a una serie de conductas diversas, cuya activación y
desactivación, así como la intensidad y morfología de sus manifestaciones, va a
depender de diversos factores contextuales e individuales.
Tipos de apego
(Basado
en el estudio experimental “situación del
extraño”, diseñado por Ainsworth → Conductas de apego y exploración, bajo
condición de alto estrés)
·
Niños de apego Seguro
o
Adoptaban una exploración segura, junto
de su madre. Sin ella disminuía la exploración. Se usa a la madre como base
segura para explorar
o
Las madres se las calificó de sensibles
y responsivas a las llamadas del bebé (disponibles a sus necesidades)
o
Patrón saludable
o
Modelo observado en el 65-70 %
·
Niños de apego inseguro – evitativo
o
Se mostraban independientes en la
exploración, sin mirar a la madre, ni afectados por su ausencia
o
Patrón saludable
o
Con dificultades emocionales
o
Las madres se habían mostrado
insensibles a las peticiones del niño
o
Por los rechazados recibidos, intentan
negar la necesidad con su madre, para evitar frustaciones.
o
Modelo observado en el 20 %
·
Niños de apego inseguro – ambivalente
o
Preocupados por el paradero de sus
madres, sin exploración.
o
Ante su ausencia y su regreso mostraban,
irritación, resistencia al contacto, acercamiento…
o
Las madres habían sido inconstantes
(alguna veces cálidas y otras frías), esto ha llevado al niño a la inseguridad
sobre la disponibilidad de su madre cuando la necesita.
o
La madres interfieren ante la conducta
exploratoria del niño, aumentando la dependencia y falta de autonomía del niño.
o
Modelo observado en el 10 %
·
Niños de apego desorganizado /desorientado
o
Recoge las características de los dos
grupos de apego inseguro.
o
Los niños muestran una variedad de
conductas confusas y contradictorias
El modelo representacional de la relación de apego
Los
modelos incluyen componentes afectivos y cognitivos, sus figuras de apego sus
un aspecto clave. Constituirán para el niño, la base de la propia identidad y
autoestima.
Las
posibles respuestas del cuidador pueden clasificarse en tres tipos:
·
Modelo de apego seguro: Mostrarse
sensible a las llamadas del niño y a su acceso.
·
Modelo de apego inseguro - evitativo: No
mostrarse sensible a las llamadas del niño, ni a su acceso.
·
Modelo de apego inseguro – ambivalente:
Atender y permitir el acceso del niño de forma imprevisible.
El
modelo representacional va a tener una profunda influencia sobre las relaciones
sociales del sujeto.
Algunos
autores han comprobado la importancia del apego para el establecimiento de
relaciones amorosas de la vida adulta (se aprende a comunicar de manera íntima
y lúdica).
George,
Kaplan y Main (1985), diseñaron un cuestionario, que sirve para evaluar el
modelo interno activo de las personas adultas (se pregunta por el recuerdo de
las experiencias de apego durante su infancia), a través de este procedimiento
se obtienen tres tipos distintos de modelos internos activos:
·
Padres seguros
o
Muestran coherencia y equilibrio en su
valoración de las experiencias infantiles. Ni idealizan a sus padres, ni
recuerdan el pasado con ira.
o
Se muestran sensibles y afectuosos en
sus relaciones con sus hijos, que son clasificados como seguros en la situación
del extraño
·
Padres preocupados
o
Muestran mucha emoción al recordar sus
experiencias, expresando ira hacia sus padres.
o
En sus relaciones con los hijos muestran
unas interacciones confusas y caóticas.
o
Son poco responsivos e interfieren con
la conducta exploratoria del niño
o
Sus hijos son clasificados como
inseguros – ambivalentes.
·
Padres rechazados
o
Quitan importancia a sus relaciones
infantiles. Tienden a idealizar a sus padres, sin ser capaces de recordar
experiencias concretas. Lo poco que recuerdan lo hacen de forma fría con poca
emoción
o
Sus hijos son clasificados como
inseguros – evitativos.
·
Padres no resueltos
o
Serían el equivalente del apego inseguro
desorganizado / desorientado
Transmisión intergeneracional de la seguridad en el
apego
Como
hemos comprobado, hay una relación bastante directa entre los modelos activos y
tipos de apego. Ha sido constatado en distintas investigaciones, sobre el tipo
de apego que establecen sus hijos ronda el 80%. Estos datos ponen en relieve su
transmisión entre padres e hijos.
Apego múltiple: distintas figuras de apego
De
inicio Bowlby admitió la predisposición a la vinculación con una única figura
principal (la madre). Se estableció que esta vinculación principal era debida a
una situación cultural más enfocada al cuidado de ésta (la madre) hacia el
hijo. En otros grupos culturales, donde la implicación del padre es mayor,
también se ha producido el mismo efecto.
Esta
mayor sensibilidad (en la mayoría de culturas), es fruto del mayor tiempo que
pasan las madres con sus hijos, siendo para éstos, la principal figura de base
segura. En cambio, la figura paterna, se implica más en actividades de
interacción lúdica. No es de extrañar que los niños prefieran ser consolados
por sus madres y jugar con sus padres.
En
cuanto a la relación con los hermanos, hay estudios que confirman la creación
de relación de apego entre ellos. Es frecuente, que los hermanos mayores,
ofrezcan a los pequeños cuidados similares a los de la madre. En situaciones de
ambiente desconocido, se usan unos a otros como base de seguridad. Incluso la
ansiedad antes las separaciones de las figuras de apego disminuye ante la
presencia de su hermano. Estos vínculos afectivos se crean por compartir
numerosas experiencias emocionales juntos.
Es
incuestionable que los niños son capaces de establecer vínculos de apego con
distintas figuras, siempre que éstas se muestren sensibles y cariñosas. La
existencia de varias figuras de apego puede resultar muy conveniente para el
niño, facilitando la elaboración de los celos, el aprendizaje por imitación, la
estimulación rica y variada.